5 Estrategias Para Desintoxicar Tu Mente
Nuestra mente está más saturada que nunca.
Pensamientos excesivos, estrés, embotamiento mental…
Un sinfín de problemas que no sabemos cómo gestionar.
La buena noticia es que tiene solución, y puede que sea más sencilla de lo que imaginas.
En este blog vas a aprender las claves para desintoxicar tu mente y recuperar la claridad.
Acompáñame.
La Era de la Información
Pensar en exceso, ejerce un gran peso para nuestra salud mental.
Una mente inquieta puede traducirse en una interminable lista de problemas futuros con los que no querremos lidiar.
El caos mental produce enfermedad, así de simple.
Vamos paso a paso.
La mayoría de pensamientos que ocupan nuestro espacio mental son negativos.
Frustración, tristeza, celos, ira, miedo, culpa…
La lista es interminable.
Rara vez dirigimos nuestro poder mental hacia el lado positivo de las cosas, y menos hoy en día.
Vivimos en la era de la información.
Constantes bombardeos de datos, sucesos, consecuencias futuras; atrapan nuestra atención e inquietan nuestra psique.
Gracias a técnicas de neuroimagen, grandes investigadores han determinado que todas estas preocupaciones que ocupan la mente, producen una activación del sistema nervioso simpático fuera de lo común.
La actividad excesiva del sistema simpático eleva los niveles de cortisol, la hormona del estrés.
Esta activación, con el paso del tiempo y una exposición prolongada, deteriora nuestra salud y bienestar.
Estrés, ansiedad, falta de concentración, problemas en la higiene del sueño…
Son solo algunos problemas derivados de no saber lidiar con este creciente problema de nuestra sociedad moderna.
El problema reside en que en la vorágine de pensamientos en la que a veces nos vemos atrapados, encontrar un momento de paz puede ser un verdadero desafío.
Y aquí es donde he sentido la necesidad de hacer este blog.
Conozco a pocas personas capaces de calmar su mente, y es normal, dado el ritmo acelerado que llevamos en el día a día.
Vamos corriendo a todos lados, nos regimos por un horario muy concreto, y la suma de todas estas circunstancias deriva en un sentimiento de ansiedad que nos paraliza.
Tomar las decisiones que nos lleven a la solución del problema parece tarea imposible.
Pero por mucho que parezca imposible y que el tiempo apriete, es vital encontrar la forma de desintoxicar nuestra mente, porque la consecuencia es la enfermedad.
El primer paso es saber reconocer cuando nuestra mente se está dejando llevar por el exceso de pensamientos, para después, poder romper con el flujo constante de los mismos.
Vamos a ello.
Una mente hiperactiva
Lo primero que nos puede ayudar a identificar si tenemos una mente liderada por el exceso de pensamientos, es nuestra capacidad de atención sostenida.
Si notas que te cuesta concentrarte en una sola tarea, o que tu mente salta constantemente de un pensamiento a otro, es posible que el exceso de pensamientos esté afectando tu capacidad atencional.
Cuando tu mente no logra centrarse en la tarea que tiene delante, la productividad decae.
La mente salta de idea en idea, abarcando mucho y apretando poco.
Entramos en un bucle en el que estamos constantemente cansados, y no hacemos todo aquello que deberíamos.
El hecho de no hacer lo que deberíamos nos genera ansiedad, y la ansiedad nos lleva a empujarnos más allá de nuestros límites.
De nuevo al cansancio y vuelta a empezar.
La gente tiende a normalizar este “estado de vida”, cuando no hay nada de normal en él.
Esperan al fin de semana para desinhibirse, en vez de aplicar las técnicas correctas de las que hablaremos en un momento.
El fin de semana, lejos de ser un periodo de descanso, se convierte en un saco de boxeo en el que descargamos esa ansiedad que llevamos a cuestas a lo largo de la semana.
Cuando llega el lunes, parece que el saco hemos sido nosotros. Y vuelta a empezar.
Estas son las señales de que necesitas un camino alternativo para desintoxicar tu mente.
Reconocer estos signos es el primer paso, así que no te engañes a ti mismo. No eres el único.
No dudo de la importancia de la física o las matemáticas, pero aprender a calmar la mente debería ser una asignatura clave en las escuelas.
A la tercera charla de educación sexual seguro que los chavales son expertos en ponerle un condón a un plátano, pero…
¿Dónde están las charlas de salud mental?
¿Acaso no es importante aprender a gestionar los pensamientos?
¿No se merecen las herramientas necesarias para lidiar con ellos?
Yo creo que sí.
Pero como victimizarse no va a solucionar nada, aprendamos cómo lograrlo.
Desintoxica Tu Mente
La mente puede ser un excelente sirviente, pero un pésimo amo.
– Eckhart Tolle
Punto 1: Conócete a ti mismo
Está demostrado que la meditación y la respiración profunda ayudan a calmar la mente.
Poco a poco, la meditación va perdiendo esa connotación negativa que generaba un rechazo desde un primer momento a las personas, sin ni siquiera probarlo primero.
El caso es que la relajación es más que necesaria para romper con ese flujo de pensamientos excesivos, por eso he decidido hablar primero de este punto.
La clave está en desarrollar la autoconciencia.
Me explico:
Esos momentos de meditación son una excelente oportunidad para reflexionar sobre nuestros pensamientos, comprenderlos y tomar las riendas para que no dicten nuestras acciones.
Nos permite identificar esos patrones mentales que contribuyen al exceso de pensamientos.
Hay muchas formas de meditar, y cada uno debe encontrar la forma que más resuene consigo mismo.
No tienes por qué cruzar las piernas, cerrar los ojos y hacer “Oṃ”, aunque si te sirve, adelante.
Puede ser leer, dar un paseo en la naturaleza, intentar dirigir tu mente a un objeto concreto…
Esto último lo leí en el libro de Robin Sharma “El monje que vendió su ferrari”, donde explica que debemos centrarnos en la imagen de una rosa en nuestra mente y centrar ahí nuestra atención.
Cada vez que nuestro pensamiento se desvíe, debemos volver a encauzarlo y visualizar de nuevo la rosa.
Es un buen ejercicio para mejorar la atención y la gestión de los pensamientos.
Os aseguro que es mucho más difícil de lo que parece.
En esencia, debemos ver la meditación como esos pequeños descansos para reconectar con el presente.
Es algo fácil de aplicar a tu día a día si de verdad quieres.
La calma es salud para tu mente.
Apartar 10 minutos para meditar puede contribuir enormemente a tu bienestar.
Hablo desde la experiencia.
Punto 2: Ejercicio físico
En los tiempos de los antiguos filósofos, ya se era consciente de la importancia del ejercicio físico.
El ejercicio es clave para cuidar la salud mental.
Cuando hacemos ejercicio, nuestro cerebro libera varios neurotransmisores que contribuyen al bienestar y la sensación de felicidad.
En primer lugar, liberamos endorfinas.
Actúan como un analgésico natural, por lo que puede ayudarnos a reducir el estrés.
También producen una sensación de euforia y bienestar, de ahí el famoso subidón del corredor (una sensación de euforia y felicidad que puede manifestarse durante una carrera larga y que hace desaparecer la fatiga y el cansancio).
Seguro que habéis escuchado el término dopamina barata, esa que conseguimos por las redes sociales y que debemos evitar.
Pues el deporte nos ofrece la dopamina que sí queremos conseguir.
Esta dopamina nos hace sentir satisfechos después de hacer ejercicio, y nos ayuda a mejorar la concentración y nuestro estado de ánimo, algo clave para controlar esos pensamientos que nos atormentan.
También hemos hablado de la importancia del sueño.
Pues el ejercicio nos ayuda a liberar serotonina, la hormona de la felicidad y el bienestar.
La serotonina juega un papel clave en la regulación del estado de ánimo, la autoestima y la sensación de calma; y también favorece un mejor descanso y calidad del sueño.
Como puedes ver, tenemos una farmacia entera a nuestra disposición, lo único que debemos hacer es encontrar el deporte que nos llame la atención, e invertir tiempo para practicarlo.
El caso es poner en movimiento nuestro cuerpo.
Debemos ver el ejercicio como una oportunidad para despejar la mente.
Al igual que la meditación, cuando estamos inmersos en la actividad física, nuestra mente se enfoca en el presente y deja de lado otras preocupaciones.
Dejamos de lado el caos mental y nos centramos en las sensaciones de nuestro cuerpo.
Es normal que al principio te cueste concentrarte, pero con la práctica, el ejercicio requerirá toda tu atención.
Es en ese momento cuando podrás experimentar los beneficios de la atención plena que el deporte nos ofrece.
Invertir tiempo en deporte es igual a invertir tiempo en salud.
No lo olvides.
Punto 3: Higiene del sueño
Un buen descanso es crucial si queremos deshacernos de esa neblina mental que dificulta el día a día.
Si no hemos descansado bien, todo nos irrita más y perdemos el control de nuestros pensamientos.
Es por ello que para tener la mente clara, debemos confeccionar una rutina de sueño saludable.
Ya hemos hablado del deporte y sus beneficios en el sueño.
Lo segundo a tener en cuenta son las horas.
Acostarse y levantarse a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana, ayuda a establecer un ritmo circadiano estable.
Se que no siempre es posible, por el trabajo, los turnos de noche… Es comprensible.
Pero por desgracia, una cosa no quita la otra.
Sigue siendo importante.
Siempre que sea posible, debemos mantener un horario similar.
Un error que comete la gente es levantarse pronto entre semana sin dormir las horas necesarias, y recuperar el fin de semana durmiendo en exceso.
Tanto dormir poco como dormir mucho, es perjudicial.
Debes encontrar un equilibrio.
En cuanto al entorno, una habitación oscura, fresca y tranquila.
Lo de tranquila es obvio.
La oscuridad le indica al cerebro que es hora de dormir, lo que activa la producción de melatonina.
La luz bloquea esta producción.
Una breve mención también a evitar mirar pantallas antes de acostarse, ya que la luz azul interfiere con la producción de melatonina.
En cuanto a la habitación fresca, nuestro cuerpo reduce su temperatura interna de forma natural para inducir el sueño.
Un ambiente fresco ayuda a este proceso y a conciliar el sueño más rápido.
Además, la melatonina, se libera mejor en temperaturas más bajas.
Por último, las técnicas de relajación pueden ser tu mejor aliado para conciliar mejor el sueño.
Puede que sea una buena idea emplear la meditación de la que hablábamos antes al finalizar tu día.
Meditación, respiración profunda… El caso es relajar la mente para reducir el estrés.
Punto 4: Entorno positivo
El entorno ejerce una influencia poderosa en los pensamientos y el estado mental.
Es por ello que debemos reducir la exposición a estímulos negativos desde ya.
Ni os imagináis la cantidad de personas que veo que están enganchadas a las noticias.
Rara vez te cuentan algo positivo, todo es pesimista y catastrófico.
No digo que esté mal mantenerse informado, la información es poder, pero es importante establecer límites en cuanto al tiempo dedicado a ver noticias y ser selectivo con las fuentes de información.
Si la gente está enganchada a las noticias, ni os imagináis lo enganchada que está a la tecnología.
Es necesario desconectar de vez en cuando de ella.
Recibimos una notificación y si no la miramos el estrés empieza a recorrer el cuerpo.
Si nos quitan el móvil o la televisión no sabemos ni en qué invertir nuestro tiempo libre.
Debes arrancar estos problemas de raíz.
Menos redes sociales y más mundo real, por el amor de dios.
Personas. El mundo está lleno, pero no siempre sabemos elegir las correctas.
La clave: personas y ambientes que fomenten el bienestar.
Si no lo hacen, fuera de tu vida.
Personas que te inspiren, que te apoyen, que te ayuden a cultivar una mentalidad positiva y a ver el lado bueno de las cosas.
Como le escuché decir a Mario Alonso Puig, personas que te den raíces para crecer y alas para volar.
Punto 5: Mentalidad positiva
Llegamos al final del camino.
El jardín de tu mente.
Una mente positiva es una mente desintoxicada.
Al igual que un imán separa el metal de la arena, una mente positiva separa el caos de la paz interior; el ruido mental de la claridad.
Para ello, el primer paso es cultivar la gratitud.
Si empezamos a dar las gracias por lo que tenemos, nos vendrá a la mente nuestra familia, amigos, salud; el simple hecho de despertar un día más y poder avanzar; poder ver avanzar a los nuestros y acompañarlos en el camino.
No vamos a decir nuestro coche, el ordenador, esa nueva televisión que me acabo de comprar y que ofrece negros más negros y blancos aún más blancos.
Por desgracia, a veces descuidamos lo primero en la persecución de lo segundo.
Curioso.
Ser consciente de este hecho arroja luz a nuestra mente, y nos permite ver lo que de verdad importa.
Cultivar la gratitud contrarresta la negatividad.
Otro punto clave es la autoafirmación.
Nunca hables mal de ti, ni siquiera en broma.
Tu mente no sabrá la diferencia.
En cambio, acostúmbrate a pensar en la otra dirección.
Eres capaz, eres valioso y mereces ser feliz.
Esta vez te lo digo yo, pero la próxima debes ser tú.
Grábate a fuego en la mente, y repítelo cada día.
Cambia el enfoque hacia lo positivo y desintoxica la mente de pensamientos negativos y autocríticos.
Rodéate de personas que fomenten la positividad, crea entornos que te permitan desconectar del ruido, y te irá bien, no me cabe duda.
Paso a Paso
La desintoxicación mental no es un proceso puntual, sino un compromiso a largo plazo.
Es normal fallar, lo importante es ser consciente de ello y retomar el camino lo antes posible.
Con la práctica y el paso del tiempo, aprenderás a gestionar tu mente de la forma correcta.
Cada pequeña acción cuenta, no lo olvides.
Espero que os sea de utilidad.
Queridos amigos, nos vemos en la próxima.