5 pasos para ser mentalmente fuerte
¿Qué pasaría si mañana se apagara el mundo?
¿Estás preparado mentalmente para afrontar algo así?
La semana pasada, estas preguntas resonaban en mi cabeza. Pero primero, déjame explicarte por qué.
Para los que no os habéis enterado (que supongo no será mucha gente), la semana pasada hubo un apagón en toda la península ibérica. España, Portugal y otras zonas.
Eran sobre las 12:30h. Estaba tranquilamente trabajando, pensando en mis cosas, cuando de repente mi ordenador se apaga. Se había ido la luz, nada fuera de lo común por la zona en la que vivo. Cuando voy a coger el teléfono veo que no tengo ni datos ni cobertura. Media hora después me llegan dos audios de mi pareja, que vive en otra comunidad autónoma. Me dice que se ha ido la luz en toda su zona, y pienso para mí… Aquí también, así que esto es algo más gordo. En el segundo audio me confirma que toda España está sin luz. Para cuando quiero contestar, me vuelvo a quedar sin cobertura.
Así comenzaba la semana.
Un lunes, digamos, un tanto diferente.
Como siempre suele pasar en circunstancias de este tipo, la gente entró en pánico. Aún sin respuestas de lo que había ocurrido, la imaginación corre por nuestra mente intentando dar una explicación plausible a la extraordinaria situación (por lo menos no es algo que suela ocurrir aquí).
Como ya sabréis, yo vivo en el monte, donde la tranquilidad impera. Pero por la radio pude escuchar como las ciudades sin semáforos eran un caos, el tráfico colapsaba y la gente, lejos de gestionar la situación con control y calma, se dejaba llevar por la caótica energía generada en las calles. Y eso exactamente fue lo que me llevó a escribir este blog.
Con lápiz y papel claro, esbocé 5 puntos clave para construir una mentalidad fuerte capaz de sobrellevar mejor cualquier circunstancia adversa que se presente.
5 puntos que he aplicado en mi mismo a lo largo de mi crecimiento y que os aseguro, que os van a ayudar enormemente a mantener el control en circunstancias difíciles.
No me entretengo más, vamos a ello.
MENS SANA IN CORPORE SANO
El primer punto que quiero tratar es el de mente sana en cuerpo sano.
La mente y el cuerpo están interconectados. Debemos cuidar tanto la salud física como la mental para alcanzar el bienestar general y por ende, lograr una mayor fortaleza mental.
La salud de uno afecta a la salud del otro, así de simple.
Ante cualquier adversidad, es necesario haber trabajado en ambos.
Imagina por un momento que te ves inmerso en una catástrofe.
Tanto tu cuerpo como tu mente deben estar preparados para responder a las demandas del entorno.
La mente siempre es la primera en quebrar. El shock paraliza nuestro cuerpo, lo cual es normal en depende que situaciones, pero como comprenderás, es lo último que queremos en una situación de este calibre. Es por ello que nuestra mente debe estar preparada para aceptar y afrontar lo más rápido posible la información que recibe de nuestros sentidos.
Si logramos que la mente no nos paralice, el cuerpo también debe responder de forma óptima. Un cuerpo ágil y fuerte, capaz de mover, empujar y levantar objetos, y lo más importante, a uno mismo.
Nos he situado en un escenario catastrófico porque es una situación, digamos, extrema. Por lo general, y con suerte, es una situación a la que no tendremos que hacer frente. Pero entrenar nuestra mente y cuerpo para ese escenario es útil para sobrellevar mejor cualquier circunstancia cotidiana.
La clave está en llegar a un punto en el que confiemos en nuestras habilidades para hacer frente a cualquier situación. Sentirnos preparados para la adversidad. Confiar en nosotros mismos.
La mayoría no se siente preparado, y es normal. Más hoy en día, donde la fortaleza física y mental parece haber pasado a segundo plano. Es importante que cojas un cuaderno y reflexiones sobre los puntos en los que te sientes fuerte, y aquellos en los que te ves más débil. Conocer tus fortalezas y debilidades para tener una vista clara y despejada de los puntos en los que debes trabajar.
Visto el por qué, vayamos con el cómo.
ANÁLITICOS VS. COMPUESTOS
Hay una forma sencilla de entender este punto, y quédate conmigo porque la comparación cobra sentido, tu confía en mí:
A la hora de ejercitar nuestro cuerpo, tenemos ejercicios analíticos y compuestos.
Los analíticos involucran un solo grupo muscular (lo aíslan por así decirlo), y los compuestos involucran a más de un grupo.
Las sentadillas, las dominadas, el press de banca… Todos ellos son ejercicios compuestos, y son los que te hacen fuerte realmente. Los analíticos en cambio, mejoran la forma.
Podemos ver los compuestos como el árbol de navidad, y los analíticos como los adornos que le colocamos alrededor.
Con la mente ocurre lo mismo.
Siempre se habla (y me incluyo) de la importancia de la meditación, de llevar un diario en el que anotemos lo que nos ocurre, de dar las gracias cada día por lo que se tiene…
El caso es que todos estos son ejercicios analíticos. Son importantes y de gran utilidad, si, pero debemos centrarnos sobre todo en los compuestos para construir una mente fuerte. Debemos centrarnos en la verdadera acción.
El mayor potencial de crecimiento está en las acciones y decisiones que tomamos cada día. Cada pequeño suceso del día a día es una oportunidad para fortalecer nuestra mente.
Debemos aprovechar cada oportunidad que nos brinda la vida. Lo que no podemos pretender es ahogarnos en un vaso de agua, y luego poder gestionar de forma lógica y controlada una situación adversa mayor. Es por ello que lo primero es aprender a nadar en ese vaso de agua. Para cada cual el vaso es diferente. Para algunos es más pequeño, para otros más grande… El caso es encontrar esas situaciones cotidianas en las que te sientas sobrepasado, y aprender a gestionarlas.
¿Cómo saber si una situación te está sobrepasando?
Muchas veces no lo notas hasta que ya has explotado. Pero el cuerpo y la mente siempre avisan. Mira: si estás más irritable, si notas una neblina mental, si sientes frustración… Todas estas son señales a las que debes prestar atención. En ese momento lo peor que puedes hacer es seguir empujando, como si nada. Porque cuanto más lo fuerzas, más te bloqueas. Lo que necesitas es dar un paso atrás. No para rendirte, sino para tomar aire.
Imagínate que estás viendo tu situación como si fueras otra persona. Un amigo tuyo, por ejemplo. Piensa que estás aconsejándole sobre la situación. Este pequeño gesto lo cambia todo. Cuando aprendes a poner distancia y a ver la situación desde fuera, te das cuenta de que muchas veces no es tan grave como te parecía. Ese espacio, esa pausa… Te permite recuperar el control. Si actúas de esta forma cada día, poco a poco serás más capaz de sobrellevar mejor esas situaciones cotidianas, y con el tiempo aprenderás a nadar en cualquier vaso, sin mayor complicación. Así es como se aprovecha cada oportunidad que te brinda la vida, para fortalecer tu mente.
EL SENTIDO DE LA VIDA
Una persona que siente no tener un sentido o propósito en la vida se debilita con el tiempo. De ahí la importancia de trabajar en encontrarlo.
Como decía Nietzsche:
“Quién tiene un porqué para vivir, puede soportar casi cualquier cómo”.
Bien. Lo primero es preciso entender que no existe un sentido de la vida universal e inmutable.
¿Qué quiero decir con esto?
Que cada uno tiene su propio sentido, es algo personal y se transforma a medida que vamos avanzando.
En el libro de Viktor Frankl, El hombre en busca del sentido, se explica que sería como preguntarle a un jugador de ajedrez cual es la mejor jugada. No existe una única mejor jugada, ya que cada partida es un mundo y la personalidad de cada jugador es única, al igual que las circunstancias de cada partida.
De igual forma, podemos entender la vida como una gran partida de ajedrez. A cada paso que damos, la vida nos responde con otro movimiento. Cómo respondemos a cada movimiento de la vida, a cada pregunta que nos formula, es ahí donde se encuentra el verdadero sentido.
En definitiva, la forma más poderosa de fortalecer tu mente, es aprender a responder de forma responsable a las demandas de la vida, sea cual sea la circunstancia. A cada respuesta construyes tu carácter, y con el tiempo descubres tu cometido. Una vez encuentres ese propósito, tu objetivo debe ser perseguirlo.
Por ello, es esencial aprender a escuchar a la vida. Dejar de estar a la defensiva, y entender que cada circunstancia tiene una lección que enseñarte, y que en tu respuesta se encuentra el verdadero sentido de la vida.
TRASCENDENCIA
Otro punto que se debe dominar para alcanzar la fortaleza, es aprender a mirar fuera. Dirigirse hacia algo o alguien distinto a uno mismo.
Por desgracia, vivimos en una sociedad individualista que solo mira para su propio bien. Pero si sigues las pautas arraigadas de una sociedad centrada en sí misma, el destino inevitable será una mente débil.
Como dice Viktor Frankl:
“Cuanto más se olvida uno de sí mismo (al entregarse a una causa o persona), más humano se vuelve y más perfecciona sus capacidades”.
Es así de simple.
Debemos romper esa barrera del individualismo y dirigir nuestros esfuerzos en que nuestro propósito (ese del que hablábamos en el anterior punto), está dirigido a mejorar, de alguna forma, la vida de los demás.
Entiendo que si ya es difícil encontrar un propósito, que encima cumpla esta característica dificulta la tarea, pero en cada acto, siempre hay una forma, aunque sea pequeña, de ayudar a otra persona. Encontrar el cómo es tarea de cada uno.
El caso es que si intentas alcanzar la autorrealización, verás como a cada paso se aleja un poco más de ti. Eso es porque la realización sólo puede ser alcanzada si aprendes a trascender tu propio ser. Una vez más la respuesta está fuera, y junto a esa respuesta encontrarás la fortaleza que estás buscando.
HOMEOSTASIS
Entendemos la homeostasis como un estado de equilibrio biológico interno.
Cuando tienes fiebre, el cuerpo trata de bajarla. Cuando tienes frío, tiembla para calentarte. Siempre buscando un equilibrio.
¿Y por qué es importante este concepto?
Porque la mente para crecer, lejos de necesitar ese equilibrio, necesita lo contrario: tensión.
La mente necesita un grado de tensión interior, es algo inherente al ser humano.
Un poco de incomodidad y desafío.
Es un motor natural para el crecimiento mental.
Schopenhauer decía que la vida humana se caracteriza por una oscilación constante entre la tensión y el aburrimiento. Parece que la vida está atrapada entre dos males inevitables, pero desde mi punto de vista, esa oscilación es la que nos empuja a crecer.
Vivimos en un estado bipolar entre lo que hemos logrado, y lo que queremos conseguir; entre lo que somos y lo que queremos ser. Es esa tensión la que nos empuja a encontrar la mejor versión de nosotros mismos. Pero el camino no está lleno de rosas, está lleno de incertidumbre y frustración, y debemos aprender a vivir con ello, incluso a esforzarnos por encontrarle un sentido a cada situación adversa. La clave no es eliminar la tensión, sino aprender a controlarla y vivir con ella.
La incomodidad cuando algo cuesta, la incertidumbre de no saber si va a salir bien, ese nudo en el estómago cuando sales de tu zona de confort… Todo son señales de que estás en el buen camino.
Espero que este blog te ayude a fortalecer tu mente, para enfrentar cada situación de la mejor forma posible. Recuerda que el crecimiento lleva tiempo, así que sé paciente y confía en tu capacidad.
Nos vemos en la próxima.