Recupera el CONTROL de tu cerebro

El 99% de personas experimenta algún problema derivado de esta cuestión. 

En el mundo moderno, mantenerte adicto se ha convertido en un negocio muy lucrativo.

Los beneficios derivados de una sociedad que abusa del consumo son inimaginables.

Las redes sociales se han convertido en la comida rápida para nuestro cerebro, y por mucho que nademos contra corriente, acabamos cediendo ante la naturaleza de nuestra mente.

Adquirir los conocimientos necesarios para evitar caer en esa trampa, es hoy más importante que nunca.

Acompáñame a darle perspectiva a este creciente problema, para que sus garras no puedan atraparte.

Un mundo virtual

El abuso de consumo de contenido está afectando nuestras capacidades cognitivas, y hay un motivo detrás.

Miremos donde miremos, estamos rodeados de estímulos diseñados específicamente para liberar grandes cantidades de dopamina de forma fácil y rápida.

Equipos enteros de profesionales, de neurocientíficos que conocen muy bien el funcionamiento de la mente humana, están detrás de cada aplicación, buscando nuevas formas de mantenerte enganchado.

Lo único que pretenden es mantener tu atención como usuario el mayor tiempo posible.

El problema reside en que nuestro cerebro se acostumbra a estos niveles de dopamina, y los acepta como una nueva normalidad.

Esta mala gestión de la dopamina conduce a la adicción y a la pérdida total de conexión con la realidad.

Las consecuencias son evidentes:

El resto de tareas que de verdad importan, las que precisan de un esfuerzo mayor y mantenido en el tiempo, esas que sabes que tendrán un impacto positivo en tu crecimiento y desarrollo, pasan a un segundo plano.

No pueden competir con las recompensas inmediatas que nos ofrece el vasto mundo del entretenimiento.

El kit de la cuestión aquí, y lo que de verdad debería alarmarnos, son las consecuencias que tiene todo esto en nuestras capacidades mentales. 

Fuera de control

Los síntomas que más se repiten en ese perfil de persona que abusa del consumo, son la apatía y la falta de motivación, y existe un porqué que da respuesta a esta cuestión.  

Tu cerebro decide por ti

Aunque comúnmente se asocia la dopamina al placer, debemos comprender que también es el neurotransmisor clave de la motivación.

Me explico:

Imagina que estás con tu teléfono.

Tu cerebro sabe perfectamente que al entrar en una aplicación a consumir contenido va a recibir una recompensa.

Al anticipar esa recompensa, libera dopamina, y genera una necesidad irresistible de entrar a la aplicación.

De esta forma, las plataformas explotan este mecanismo y juegan con tu mente.

Una vez dentro ya tienen tu atención.

Ahora solo tienen que mantenerla el mayor tiempo posible. 

El caso es que entramos de forma casi inconsciente a buscar esas recompensas.

Hay una prueba muy sencilla que puedes hacer ahora mismo:

Escoge la aplicación en la que pases más tiempo, da igual cual sea, pero quiero que la cambies de sitio.

Te aseguro que vas a ir directo y de forma inconsciente a abrir la aplicación en el lugar en el que estaba antes.

Esto fue justo lo que pasó la primera vez que lo hice. Abría constantemente la aplicación que ahora ocupaba el lugar de la otra.

Ahí me di cuenta de que, muchas veces, nuestra mente decide por nosotros, arrebatándonos el control sobre nuestras decisiones.


La bioquímica detrás de la adicción

Bien, hasta el momento entendemos que nuestro cerebro anticipa la recompensa y nos impulsa a entrar a la aplicación pero, ¿Por qué podemos pasar horas consumiendo contenido casi sin ser conscientes del tiempo que llevamos?

Hay una forma muy sencilla de entenderlo:

Imaginemos por un momento una máquina tragaperras.

La máquina otorga recompensas en forma de dinero de manera aleatoria.

El jugador sabe que en algún momento puede ganar, pero no sabe cuando.

En psicología a esto se le llama condicionamiento operante, mediante el cual un comportamiento (en este caso seguir jugando) es reforzado cuando se asocia a una posible recompensa.

Los premios actúan como un refuerzo positivo.

Cuando el jugador gana, su cerebro libera dopamina, y le hará seguir jugando siempre en busca de más. 

Las redes sociales funcionan de forma similar.

El algoritmo va estudiando tus preferencias, y te ofrece contenido en base a ellas.

Aunque un video no te guste, siempre está la posibilidad de que el siguiente sí, y como un jugador sigues probando suerte, en busca de la gratificación inmediata.

Como ves, tanto las redes como las máquinas tragaperras se aprovechan de tu mente, convirtiéndote en adicto a sus recompensas. 

Por desgracia, esto no acaba aquí.

Esta adicción a las redes también conduce a una disminución de la liberación de serotonina, la hormona que controla el estado de ánimo, entre otras cosas.

Mientras que la dopamina nos impulsa a continuar nuestra búsqueda de gratificación instantánea, la falta de serotonina nos hace sentir insatisfechos.

Esa insatisfacción produce un malestar que a menudo ni entendemos, ni sabemos cómo solventar.

El problema está en que con el paso del tiempo, cada vez necesitamos más y más.

Buscamos más estímulos, más contenido, nuevas formas de conseguir dopamina rápida.

Poco a poco el comportamiento empieza a volverse más compulsivo, y la única forma de superarlo es recuperar el control.

Veamos cómo. 

Recuperando el control

Punto 1: La ley del mínimo esfuerzo

Lo cierto es que nadie te pone una pistola en la cabeza para que consumas contenido.

Culpamos al contenido adictivo casi como si tuviera voluntad propia, pero eres tú quien decide evadirse del día a día ocupando tu tiempo en el consumo de contenido vacío.

Nada nos obliga, es lo que decidimos. 

Cuánta gente no sabe ni en qué ocupar su tiempo libre si se les quita el móvil o la televisión.

Que aburrida tuvo que ser la vida de nuestros antepasados.

¿Cómo lograron sobrevivir sin un smartphone, Smart TV o una nevera inteligente que les hiciera la lista de la compra?

Nos convertimos en dependientes de aquello que nos facilita la vida, bajo la ley del mínimo esfuerzo.

El verdadero problema aquí es la elección.

Hacernos responsables de nuestras decisiones es el primer paso para transformar nuestros hábitos, recuperar el control y no ser dependientes de la dopamina barata.

Tus ideas o tu perspectiva acaban conformando tu realidad, de forma que si uno se considera a sí mismo como una hoja movida por el viento, así actuará.

En cambio, si tu perspectiva es la de tomar el control y decidir en qué invertir tu tiempo, será como empujarte a ti mismo hacia el crecimiento. Lo cual nos lleva al siguiente punto. 


Punto 2: Cambia el foco

Tomamos un promedio de 35,000 decisiones al día.

Ahora piénsalo de esta forma: tienes 35.000 oportunidades al día para actuar de manera diferente y empujarte hacia esa transformación que te cambie la vida.

Si, soy consciente de que hay miles de circunstancias externas que no podemos controlar, pero en lo que debemos centrarnos es en cómo reaccionamos ante ellas. 

Por ejemplo, puedes empezar a consumir contenido de formato largo que expanda tus conocimientos, diciéndole al algoritmo de esta forma que ya no te interesan las fuentes de dopamina barata.

Incluso puedes aprovechar esa información que estás obteniendo, y canalizarla en un proyecto significativo.

De esta forma estás canalizando la información consumida en la construcción de algo real, reforzando ese cambio de patrón de consumo.

Un simple cambio de perspectiva puede darle la vuelta a todo tu mundo.

Pasas de una mentalidad consumidora a una mentalidad proactiva. 

Además, al ser más conscientes de en qué invertimos nuestro tiempo, reduciendo la exposición a estímulos supernormales y buscando actividades de menor estimulación, a nuestro cerebro le va a ser más fácil encontrar placer y motivación en actividades más significativas y beneficiosas; le será más fácil disfrutar del mundo real.

¿Beneficios? Todos los del mundo: mayor concentración, más productividad, un mayor bienestar y una satisfacción general con la vida incomparable. 

Resumiendo, la clave está en resetear la línea base de estimulación.

Sal a caminar, lee, socializa cara a cara, pasa tiempo en la naturaleza, busca cualquier excusa para evitar exponerte a actividades altamente estimulantes, y las actividades normales y saludables volverán a ser gratificantes.


Punto 3: Recupera la conexión

A veces da la sensación de que el consumo de contenido nos desconecta de la realidad.

Ya no es solo que las actividades del día a día sean menos gratificantes, sino que nuestra percepción del tiempo invertido se ve totalmente alterada.

Ponemos nuestro cerebro en modo automático y a funcionar.

Sin reflexión, sin perspectiva, sin ninguna motivación más allá del hedonismo.

Es por ello que considero profundamente necesario priorizar aquellas actividades que nos traigan al presente.

Ya sea pasar tiempo con amigos, familia, o hacer ejercicio.

Debemos centrarnos en sacarle el máximo provecho a la vida, y eliminar todo aquello que nos arrastra a la desconexión, que no es buena ni para ti, ni para tu mente.

Despertar, abrir los ojos, y empezar a comprender que es en el mundo real donde se encuentra el verdadero significado, no en el digital. 

Para ello, lo primero es encontrar las aplicaciones que te hacen perder el tiempo y no te retribuyen nada a cambio, y eliminarlas por completo.

No esperes, hazlo ahora. 

Lo segundo, vete a los ajustes de tu teléfono, y mira el tiempo de uso del mismo.

También puedes mirar en qué aplicaciones inviertes más tiempo.

Usa esa información a tu favor, y reduce el tiempo que pasas pegado a la pantalla.

Tu intención debe ser reducir gradualmente el tiempo que usas el móvil, mientras aumentas el tiempo dedicado a actividades significativas, para recuperar la motivación.

No te fuerces, ve poco a poco, y empieza a tomar el control.

Una mejor versión

Espero que este blog os anime y ayude a cuestionar vuestro hábitos.

Empezar a tomar responsabilidad por nuestro bienestar es el primer paso para transformarnos en una mejor versión de nosotros mismos.

No hay algoritmo que pueda atraparte si eres consciente de su funcionamiento, y aplicas los puntos que hemos ido tratando a lo largo del blog.

Recuerda que el cambio es posible, cada decisión cuenta.

Escoge sabiamente, recupera el control y encuentra una vida significativa que te motive a luchar por alcanzar tu mejor versión.

Dicho esto, espero que hayáis disfrutado y nos vemos en la próxima.