Las 5 claves del progreso

Si sientes que estás perdido o que podrías estar haciendo más, este video es para ti.

Hoy vengo a compartir contigo 5 claves que cambiarán la forma que tienes de ver la vida.

No me entretengo, vamos a ello.

Aprende a ver por ti mismo

¿Piensas por ti mismo o dejas que otros piensen por ti?

Lo creas o no, la forma en la que piensas está controlando tu vida.

Vivimos rodeados de personas que nos empujan a ser y a pensar en una determinada dirección.

No nos damos cuenta, pero adoptamos su forma de ver la vida.

Aprendemos a ver el mundo a través de sus ojos, y se nos olvida pensar por nosotros mismos, como individuos.

Ves lo que otros te han enseñado a ver.

Aprender de ellos es clave, tomarles como un ejemplo a seguir o un apoyo al que acudir en los momentos difíciles de la vida, pero debemos trabajar en nosotros mismos para adoptar nuestra propia visión del mundo. 

Lo que da sentido a este punto es el hecho de identificar aquellos patrones de pensamiento que estamos adoptando de ellos y que nos gustaría cambiar.

Tenemos derecho a cuestionar cualquier punto de vista, y es que para hacer cosas diferentes hay que pensar diferente, romper el patrón. 

Esta es la primera idea fundamental que quiero que comprendas: tu forma de pensar crea tu realidad.

Si estás en el punto en el que estás ahora, es por tu forma de ver la vida.

Es tu mentalidad la que te ha llevado hasta aquí, por lo que si no estás satisfecho con tu realidad, el primer paso es reflexionar profundamente para cambiar tu forma de pensar; tu forma de ver la vida. 

Cambia la dirección

Somos realmente buenos centrándonos en lo negativo.

Nuestra mente crea los peores escenarios posibles a cada momento, siempre pensamos en él “¿Y si sale mal?”.

Pero, ¿Y si sale bien?

En ambos casos estás viviendo en el futuro y no en el presente.

No sabes con certeza ni puedes adivinar lo que pasará, así que puestos a imaginar, por qué no crear los mejores escenarios posibles en vez de los peores.

Cada error, cada fracaso, es una pieza más en el puzle de tu crecimiento.

Tienes dos opciones cada mañana: levantarte pensando “no voy a conseguir nada, no valgo para esto, no estoy siendo realista”; o levantarte pensando que todo lo que estás atravesando ahora es un aprendizaje que forma parte del crecimiento.

La única forma de llegar donde quieres, es escogiendo el segundo camino.

Aprovéchate de cada error que estás cometiendo en el presente y aprende de las lecciones que te otorga cada uno de ellos.

Levántate cada día con ganas y dispuesto a cometer todos los errores que puedas y más, para aprender de ellos y alcanzar tus objetivos mucho más rápido. 

El caso es que sobreestimamos lo que podemos hacer en un año, y subestimamos lo que podemos hacer en una década.

Nos pasa a todos. Queremos resultados inmediatos.

Si no vemos progreso rápido, nos frustramos.

Pero el éxito no es una carrera de velocidad, es una carrera de fondo.

Ten paciencia, disfruta del camino, saborea el proceso y dedícale el tiempo y la energía positiva que se merece.

Aunque no estés donde quieres estar, si tienes los objetivos claros y bien establecidos, te aseguro sin ninguna duda que alcanzarás esos objetivos.

Lo único que necesitas es adoptar este cambio de mentalidad a tu día a día, pensar en positivo y sobre todo, confiar en ti mismo y en tus capacidades. 

Además, ten presente que si las cosas no salen bien ahora, siempre pueden salir bien después.

Aunque pase el tren siempre llegará otro con nuevas oportunidades, nuevos aprendizajes y a menudo, un camino del que ni siquiera éramos conscientes al principio.

Créeme que este simple cambio de mentalidad te va a dar más energía de la que tienes, y como hablábamos en el primer punto, esa forma de pensar conformará tu realidad y será mucho más fácil que consigas aquello que deseas conseguir.

Dirige tu mirada

Cuando aprendes a montar en moto, una de las cosas que te enseñan al principio es que no debes mirar de frente aquello que no te quieres comer.

Si quieres evitar chocarte contra ese árbol, lo último que debes hacer es mirar fijamente a ese árbol, porque nuestro cuerpo va directo a donde está fijada la mirada.

Debemos mirar al lado contrario, a donde quieras que se dirija la moto. 

Es curioso cómo los seres humanos tenemos una gran fijación por los problemas.

Si bien es cierto que tiene su razón de ser, eso lo vamos a dejar para otro video.

Ahora quiero centrarme en la mirada de nuestra mente.

Si centras tu atención en aquello que está mal, en las cosas que no funcionan en tu vida, y te obsesionas con ellas, vas a entrar en un bucle de negativismo del que resulta difícil salir.

Si te “enseñas a ti mismo” a ver la parte mala de cada circunstancia, lo tomarás como un hábito, una mala costumbre que te impedirá con el tiempo pensar en una dirección contraria.

Lo he visto mucho, y las personas que crecen con esa tendencia a dirigir su atención a lo negativo de forma casi patológica, acaban conviviendo con el odio en sus corazones.

Aprenden a ver la parte negativa incluso en aquellas cosas que no tienen parte negativa, solo para validar su forma de ver la vida; solo porque en su día, no aprendieron a dirigir sus pensamientos lejos del obstáculo. 

La idea que quiero que saques de todo esto es sencilla de entender y difícil de poner en práctica: deja de enfocarte en aquello que consideras que va mal en tu vida.

Deja de fijar tu mirada en el obstáculo que quieres sortear.

La negatividad llama a la negatividad.

Si acostumbras a tu mente a pensar en esta dirección atraerás cosas negativas a tu vida.

Si aprendes a ver el lado bueno de las cosas, a sonreír en aquellas circunstancias difíciles que tratan de hundirte, subirás un importante escalón que te acercará a la felicidad. 

No hay límite

“Si escuchas una voz dentro de ti que dice “no puedes pintar”, entonces pinta, y esa voz será silenciada” – Vicent Van Gogh

Imagina por un momento que eres capaz de cualquier cosa, que no hay nada que no puedas hacer, no hay límite.

¿Qué pasaría si te dijera que adoptar esta forma de pensar es más fácil de lo que aparenta a simple vista?

Vivimos nuestras vida rodeados de limitaciones autoimpuestas.

Estamos condicionados por cada mensaje que nos llega.

Te dicen qué trabajo es respetable, qué forma de pensar es la correcta, qué es lo que debes y no debes hacer.

Poco a poco vas formando una autoimagen que se amolda a las circunstancias del entorno, y aprendes a limitarte en consecuencia.

Nos fijamos en los demás, en todo lo que han conseguido, en las habilidades que tienen, y la confianza en nosotros mismos, como individuos con ideas y metas propias, va desapareciendo. De ahí la necesidad de cambiar el diálogo interno. 

Quiero que dejes de fijarte en los demás para sentirte menos, y que empieces a pensar en cómo puedes llegar a ese punto.

El porcentaje de personas que no puede conseguir algo por una carencia de capacidad es sumamente limitado.

Todos aquellos ejemplos en los que te fijas estuvieron en la misma situación que tú, la diferencia es que ellos no pensaron en que no podían o no tenían la capacidad, solo pensaron en cómo podían lograr aquello que querían.

Silenciaron su voz interna tomando acción. 

Nadie te dice que sea fácil, las cosas que de verdad merecen la pena son difíciles, pero no imposibles.

Hay una forma, lo único que tienes que hacer es tocar la tecla correcta, y para ello tienes que confiar en ti y probar una y otra vez.

Probar, fallar y aprender.

Siempre adelante, siempre con confianza y pensamiento positivo y de aprendizaje.

Cambia tu diálogo interno y tu mente te ayudará a llegar ahí donde quieres estar. 

La rueda del victimismo

Sencillo, directo y al grano: no te victimices.

No hay nada positivo que puedas sacar de ahí, créeme.

Ni todo lo que han conseguido los demás es suerte, ni lo han tenido todo a su favor. 

Si, es cierto que hay personas que tienen circunstancias más sencillas, pero no por ello debemos restarle valor a sus logros.

Pensar de esta forma solo te lleva a una rueda de pensamientos negativos de los que no puedes sacar nada bueno.

Debes ampliar la perspectiva y salir de ese ciclo de victimismo.

Piensa que si te posicionas en el papel de víctima, te cierras a buscar razones por las que has podido fallar, siendo esta la receta perfecta para la inacción.

Pasa mucho con los creadores de contenido:

Culpan al algoritmo de que sus videos no sean recomendados, la culpa es de la plataforma y no de ellos.

Si aprendemos a pensar de la forma contraria, buscaremos respuestas.

• ¿Por qué mi video no ha funcionado?
• ¿Qué he hecho mal para que la gente no se quede a verlo?
• ¿Cómo puedo aportar más valor?

De esta forma, ponemos a nuestra mente en una situación de aprendizaje.

Le decimos, hemos hecho algo mal, ahora hay que aprender de ello y aplicar lo aprendido para no fallar en la próxima.

Esto se puede aplicar a las ventas, a los estudios, a las relaciones, literalmente a cualquier ámbito de la vida. 

Me acuerdo que cuando estaba estudiando psicología un profesor nos dijo que cuando un alumno suspende, siempre dice que le han suspendido.

En cambio, cuando aprueba, se siente orgulloso y dice que ha aprobado.

Esto es un ejemplo perfecto de cómo enfocamos nuestros logros y fracasos.

Nadie quiere fracasar, pero es porque no tienen la perspectiva correcta.

He suspendido este examen:

• ¿Por qué?
• ¿Cómo puedo evitarlo la próxima vez?

Sé responsable de tus acciones, y llegarás más lejos que culpando a la vida de tu situación. 

Recuerda que tu circunstancia actual no determina cuán lejos puedes llegar en el futuro.

Acepta el punto en el que estás, y evita caer en la rueda del victimismo.

Tiempo y paciencia

Espero que este blog te sirva de ayuda para cambiar tus patrones de pensamiento, y que puedas conseguir aquello que te propones.

Te animo a reflexionar sobre los puntos que hemos ido tratando.

Te aseguro que si logras dominar cada uno de ellos, con tiempo y paciencia tu vida cambiará. 

Dicho esto, gracias por acompañarme un día más y nos vemos en la próxima.