Las claves para conocerte mejor (y cómo empezar hoy)


Conocerse a sí mismo es el principio de toda sabiduría. 
– Aristóteles


Estoy seguro de que has escuchado más de una vez lo importante que es conocerse a uno mismo.

Pero…

¿Te has planteado realmente por qué?

Considero que la mayoría no es consciente del gran poder detrás de conocerse bien. 

Muchas personas con las que hablo me transmiten esa sensación de neblina mental;

como si no supieran lo que quieren o necesitan de la vida.

Viven a base de los empujones de la presión externa o de las expectativas que los demás tienen sobre ellos.

Es algo que veo a menudo.

Parece que, a veces, no somos dueños de nuestra propia vida.

Si sientes algo parecido, quédate, porque los puntos que vamos a tratar en este video te van a ser de gran ayuda. 

No solo eso.

También percibo la dureza con la que la gente se trata a sí misma, y el efecto devastador que tiene en la autoestima.

La reactividad e impulsividad ante las circunstancias del entorno…

Y las consecuencias que acarrea esa impulsividad después, en las relaciones personales. 

Conocerse bien a uno mismo es un gran paso hacia delante para empezar a solventar estos problemas.

Aquí vas a aprender las claves para ello.

Al final voy a compartir contigo una herramienta que complementa cada punto tratado en este blog.

Te aseguro que todo junto es una bomba de crecimiento.

No me entretengo más. Bienvenido. 


LAS 3 DIMENSIONES
¿Alguna vez te has preguntado quién eres realmente?

Bien, pues para conocer quienes somos, empleamos tres dimensiones:

el autoconocimiento, la autoestima y la autorrealización.

Estos tres eslabones conforman el autoconcepto, y entenderlos es vital para ampliar nuestra conciencia sobre nosotros mismos. Así que vamos a ello. 

Autoconocimiento
El autoconocimiento es el primer eslabón de la cadena. Hace referencia a la información que tienes de ti mismo. Te hace consciente de cómo actúas en las diferentes circunstancias de la vida. Tu comportamiento con diferentes personas y en diferentes situaciones.

Mediante el proceso de autoconocimiento descubrimos quienes somos realmente, y se va desarrollando a medida que pasa el tiempo, con la información que vamos recopilando. 

Lo que quiero que saques en claro de este punto es que el autoconocimiento es una herramienta muy valiosa.

Piensa que cuando uno toma decisiones sin saber quien es, toma decisiones frustradas. Es mucho más probable que se equivoque y puede suponer una gran barrera a la hora de conseguir los objetivos que persigue. Así que, para tener un mayor conocimiento de ti mismo, presta atención y hazte consciente de cómo piensas, de lo que sientes, y sobre todo de cuáles son tus fortalezas y áreas de mejora. 

A lo largo de este video veremos herramientas que te facilitarán este proceso, pero siempre recomiendo tener un cuaderno en el que vayas apuntando todo lo que aprendes de ti mismo. El papel no juzga, y es una herramienta poderosa para tomar una mayor conciencia y profundizar más en ti mismo. Cuando lo hagas, te vas a dar cuenta de que tienes un enorme potencial dentro de ti, simplemente está “secuestrado”. Por eso en este canal abogo siempre por el desarrollo de la inteligencia emocional, porque te da unas gafas para mirarte a ti, y al mundo que te rodea de forma diferente. Con esto no quiero decir que tu forma de verlo ahora esté mal, sino que siempre se puede ampliar la visión. La conciencia de ti mismo es una forma de hacerlo, y de liberar ese potencial del que estamos hablando. 

Cuanto mejor te conozcas y más conciencia emocional desarrolles, mayor partido vas a poder sacar de tus respuestas emocionales del día a día. Te vuelves más inteligente y responsable emocionalmente, y esa responsabilidad te ayuda a construir caminos que te lleven a ser la persona que sabes que debes ser.

Ese es el poder del autoconocimiento. 

Una vez entendido esto, vamos a ver el siguiente eslabón de la cadena; la autoestima. 


Autoestima
Si el autoconocimiento es lo que sabemos sobre nosotros, la autoestima es lo que sentimos acerca de ese conocimiento. Es el sentimiento, favorable o no, sobre aquello que se de mí mismo.

La autoestima es la base de nuestro auto concepto, y hace que nos consideremos dignos de ser valorados y queridos por nosotros mismos, de ahí su importancia. 

Cuando nuestra autoestima está dañada, dependemos de la valoración y el cariño de los demás. Hay muchos libros de autoayuda y gurús que te prometen una autoestima más saludable, y no tengo nada en contra de ello siempre y cuando cumplan su función, pero antes de seguir consejos a ciegas, es de vital importancia ver de qué pie cojea tu autoestima. 

Lo primero es volver al autoconcepto:

¿Qué imagen tienes de ti mismo?

A menudo tenemos una imagen distorsionada, nos vemos menos capaces, menos valiosos o defectuosos. Esa imagen distorsionada de forma desde la infancia hasta el presente, a través de tus experiencias, el entorno en el que te ves inmerso, la educación que recibes o tus figuras de referencia.

El primer paso es aceptar que esa imagen distorsionada no es un buen reflejo de la realidad.

Debes cambiar el enfoque, aceptar tanto los puntos fuertes como los puntos flacos de tu persona, y centrarte en cómo mejorar. Rompe con lo que crees que debes ser, ese YO idealizado que te han metido a la fuerza a la cabeza, y empieza a trabajar desde lo que eres. Como seres humanos todos fallamos y tenemos carencias, es natural. Aprende a aceptarlas, para poder transformarlas. 

La autogestión también es esencial.

¿Cómo te hablas a ti mismo?

Sobre todo cuando fallas.

Si te equivocas…

¿Te tratas con compasión o te machacas con autocríticas destructivas?

La autoestima se fortalece con un diálogo interno amable, realista y constructivo. Grábatelo a fuego en la mente, y presta atención a las palabras que usas contigo. 

Tus esquemas mentales también juegan un papel fundamental.

Son las ideas profundas que tienes sobre ti mismo: “soy torpe”, “nadie me quiere”, “no valgo lo suficiente”.

Estos esquemas actúan como filtros que distorsionan la realidad. Trabajar tu autoestima implica identificar y reprogramar esas creencias.

Y los dos últimos son los valores, que son positivos siempre y cuando no se vivan desde la exigencia sino desde la elección, y la conducta.

Aquí me quiero detener.

Escucho mucho decir “ese tiene la autoestima muy alta”, haciendo referencia a la soberbia.

Esto es un error.

Una persona soberbia no tiene una autoestima sana, al igual que una persona sumisa o dependiente tampoco. Son dos caras de la misma moneda. Una persona con una autoestima alta, o mejor dicho, una autoestima sana, trata al resto de igual a igual. No está ni por encima ni por debajo. La soberbia, o incluso la agresividad, pueden enmascarar sentimientos de inseguridad.

Es importante entenderlo.

Muchas veces intentamos que los demás nos vean de una determinada forma, lo que estamos mostrando es lo contrario. Con ello no conseguimos más que alejarnos de la versión de nosotros mismo a la que aspiramos, o por lo menos a la que deberíamos aspirar. 

Dicho esto, vamos con el último eslabón. 


Autorrealización
No podemos hablar de autorrealización sin mencionar a Abraham Maslow, psicólogo humanista que define la autorrealización como «un desarrollo de la personalidad, que libera a la persona de los problemas deficitarios de la juventud y de los problemas de la infancia, de la fantasía, innecesarios o irreales de la vida, de modo que le permite enfrentarse, soportar y batallar con los problemas reales». 

En otras palabras, maduras lo suficiente como para dejar atrás los miedos, carencias y fantasías del pasado, y empiezas a enfrentarte con valentía a los desafíos reales de la vida. Pasas de vivir huyendo y soñando con lo que “debería ser”, a aceptar la realidad tal como es… y a actuar desde tu autenticidad. Es el momento en que dejas de buscar validación externa y empiezas a vivir tu verdad. Con tus valores, tus talentos, tu responsabilidad, y tu capacidad de contribuir al mundo. No es ser perfecto, sino real, libre y comprometido con la vida tal y como es. 

Quiero compartir contigo algunas claves para la autorrealización.

Muchas veces tenemos en la cabeza mil retos que superan con creces nuestra capacidad. Esto lleva o a la frustración o al abandono. La clave es alinear nuestros retos con nuestras capacidades. Buscar empujarnos hacia el progreso, pero sin venirnos arriba. 

De esto he hablado mil veces, y hablaré mil veces más: toma consciencia de que eres el protagonista de tu historia. Cada paso es una oportunidad de elegir, no existen los momentos vacíos. Debes aprender a disfrutar de tu historia tanto como disfrutas cuando juegas a un buen videojuego, pero multiplicado por mil. Nada se compara a la vida real cuando aprendes a verla de la forma correcta. Lo que me lleva a otra clave: busca el aprendizaje como si fuera carne para un león hambriento. Te construyes cada día, a cada momento, con cada elección. Encuentra esas capacidades innatas dentro de ti, y sácales el máximo potencial.

Todos nosotros somos diamantes sin pulir, pero muchos nunca lo sabrán, porque no se darán la oportunidad de descubrirlo. 

Otra clave, que ayuda a potenciar todo lo anterior, es la honestidad. Con el resto sí, pero sobre todo contigo mismo. Si no eres honesto contigo, nadie lo será. Créeme. Reconoce y acepta lo que eres, lo que piensas, lo que haces… Solo así podrás cambiar lo que no te guste, para conseguir todo aquello que te propongas. Así como la honestidad, la responsabilidad es igual de importante. Dejar a un lado el papel de víctima, y empezar a responsabilizarte de cada resultado en tu vida. Ese es el único camino hacia el crecimiento real. 

Y por último, pero no menos importante, sino más, trascendencia amigo mio. Busca acciones que trascienden tu propio ser. Busca la forma de ayudar al resto. Cada acto, por pequeño que sea, cuenta. Si solo miras por ti, ninguno de estos puntos harán que consigas realizarte. A cada paso de ti, la meta se alejará un poquito más. Así que busca ayudar como te gustaría que te ayudarán. 


LA PELÍCULA DE TU VIDA
Ahora ya sabes cómo conocerte a ti mismo, y cómo transformar tu autoconcepto de forma saludable. Pero no quiero que abandones este blog sin ninguna herramienta práctica, aunque espero que ya hayas encontrado un gran valor en cada punto. 

Sin observación no vivimos de forma consciente, sino automática. Esta herramienta es muy poderosa para que la observación forme parte de tu día a día. 

La película de tu vida.
Estás tranquilo en tu casa. No tienes nada que hacer, por lo que te diriges al televisor para ver una película. No encuentras el mando, pero ves uno diferente encima de la mesa. No lo has visto nunca. Lo coges, y con él decides encender la televisión. Para tu sorpresa, te ves a ti mismo en la imagen.  Quiero que observes la escena en la que estás, cómo te comportas, qué estabas pensando en ese momento. Ahora paras la película, y le dices a tu reflejo todo aquello que quieres cambiar. Pones la película en marcha, y sigues observando. Ahora tienes el poder de observarte, ya que ese mando estará siempre contigo. 
Siempre que quieras regresar a una conducta, o imaginarte en una situación, puedes poner en marcha la película. Aprende a observarte, y con el tiempo verás como te conoces cada vez mejor. 

Ya sabes que si necesitas cualquier cosa, puedes contactar conmigo. Dicho esto, espero que hayas disfrutado del video. Gracias por acompañarme un día más. Nos vemos en la próxima.