Guía nocturna hacia la transformación
Hoy te traigo la respuesta que andabas buscando.
Lo único que necesitas es una noche de silencio, calma y una libreta.
Bienvenido a un viaje al autodescubrimiento.
En el silencio de la noche
Hasta que lo inconsciente no se haga consciente, el subconsciente seguirá dirigiendo tu vida y tú le llamarás destino.
– Carl Jung
No queremos admitirlo.
Hacemos todo lo posible para esquivar esta verdad.
Pero en el fondo tenemos miedo.
Si no eres consciente de ello ahora, ya lo serás.
Todos tenemos demonios internos que dirigen en cierta medida nuestra vida.
Algunos más presentes, otros menos.
Ese miedo a toparnos cara a cara con nuestros demonios es el que nos paraliza por completo.
De ahí la dificultad de ser honestos con nosotros mismos.
Tenemos miedo de encontrar aspectos de nuestra vida que deban ser cambiados.
El caso es que por muchos consejos que te den, por muchos libros de autoayuda o charlas a las que asistas, si no estás dispuesto a enfrentar la realidad, nada cambiará.
Entras en esa rueda de falsa acción.
Tu cerebro te recompensa con dopamina, de forma similar a si estuvieras tomando acción y trabajando de forma activa en tu crecimiento.
Pero no es más que una simple ilusión.
Una vez leí que debemos dejar de acumular ideas, y empezar a reflexionar sobre ellas.
Esto es aplicable a muchos ámbitos de la vida.
Tenemos esa tendencia a intentar cambiar de forma pasiva, y a no aplicar aquello que aprendemos.
Desde luego, ese no es el camino.
El camino es más simple.
A menudo hacemos las cosas más difíciles de lo que son.
El camino a seguir es sencillo, hacer consciente lo inconsciente:
En el silencio de la noche, cuando todos duermen, cuando el mundo está en paz y esa constante saturación silencia su voz…
En ese espacio único para la introspección, enfrentarnos cara a cara con nosotros mismos.
Coge un cuaderno, un bolígrafo y escribe sin ningún tipo de censura todo aquello que quieras cambiar.
Las decisiones equivocadas que tomaste en el pasado y de las cuales te arrepientes…
Todos los miedos y dudas que tienes sobre tu futuro…
Y las excusas que te pones a ti mismo para mantenerte en el camino del que quieres escapar.
El papel no juzga, de ahí su magia.
Quítate la máscara con la que llevas cargando tanto tiempo y enfrenta la realidad como nunca lo has hecho.
Si no eres brutalmente honesto, no servirá de nada.
Si no estás dispuesto o no entiendes la importancia detrás de esto, será mejor que abandones este blog y tomes otro camino.
Por el contrario, si has decidido quedarte, quiero que entiendas esto y te lo grabes a fuego en tu mente:
Tú ya tienes las respuestas que estás buscando.
Han estado ahí todo el tiempo, esperando este momento. Todos hemos estado ahí, yo he estado ahí.
Lo que sientes es normal y forma parte del proceso, pero no es más que el principio.
Esto acaba de empezar.
Reescribiendo tu historia
Quien tiene un porqué para vivir,
encontrará casi siempre el cómo.
– Friedrich Nietzsche
Somos seres orientados a un propósito.
Necesitamos un objetivo, un proyecto, algo que nos haga sentir productivos y satisfechos.
Está en nuestra naturaleza.
Todos tenemos un carácter inquisitivo.
No hay más que ver a un niño correteando y preguntando constantemente sobre todo lo que le rodea.
Necesitan saber, quieren conocer, todo es nuevo; el mundo es un lugar apasionante y viven cada día como si esa fuera una verdad inexorable.
Lo cierto es que lo es, pero en algún momento de la vida dejamos de verlo.
Más que un momento es un proceso.
Un largo proceso de adaptación a una sociedad que nos aleja de nuestra naturaleza.
En el primer día de escuela de un niño, puedes ver la ilusión en sus ojos, hasta que la vida les da un golpe de realidad.
Se topan con un modelo educativo inspirado por el modelo educativo prusiano, diseñado expresamente para crear ciudadanos conformistas, sirvientes de un sistema que se nutre de la eficiencia y obediencia de sus trabajadores.
El caso es que, con el paso del tiempo, nuestros instintos van mermando.
Parece que no tenemos el control de nuestra propia realidad.
Vamos siguiendo el camino que nos dictan.
Memorizamos y seguimos las reglas sin cuestionar nada.
Aprendemos que una calificación define nuestro valor, y que fallar es malo.
Pasamos de la escuela a la universidad, de la universidad a un trabajo respetable, un ascenso, la jubilación…
Y cuando nos queremos dar cuenta, ya no queda tiempo para satisfacer esas necesidades tan básicas de las que hablábamos.
La sensación de impotencia al vivir según las expectativas ajenas, nos apaga poco a poco por dentro.
Seguro que conocéis a más de una persona frustrada que lo paga con el mundo.
Desde luego que no es una forma bonita ni saludable de vivir.
Es aquí donde convertirte en el protagonista de tu propia vida en lugar de dejarte llevar por la narrativa impuesta, se convierte en una cuestión de salud o enfermedad.
El primer paso es aceptar la necesidad de un giro radical en tu vida.
Tomar el control de tu propia historia. Empezar a ser el protagonista y dejar de actuar como un extra.
• ¿Cuál es tu propósito?
• ¿Cuál es tu razón para vivir?
Solo tú sabes de lo que eres capaz.
Nadie te conoce tan bien como te conoces a ti mismo.
Los demás te ven a través de sus inseguridades, de sus propios miedos y experiencias.
Es comprensible, pero no puedes dejar que te definan.
Estés en la circunstancia que estés, escribe en ese cuaderno que tienes delante un camino que te llene y empieza a caminar en esa dirección.
Ten en cuenta que cualquier respuesta es válida siempre y cuando haya salido de lo más profundo de tu ser.
Y sobre todo, céntrate en propósito, no en resultados materiales.
Los vacíos del ser no se pueden llenar con el tener.
Tomate tu tiempo, puede marcar un antes y un después.
Tiempo – Pasado y futuro
La vida solo puede ser entendida mirando hacia atrás,
pero ha de ser vivida mirando hacia delante.
– Søren Kierkegaard
Uno de los pasos necesarios para empezar a caminar en esa dirección, es encontrar aquello que debas eliminar de tu vida y hacerlo.
Sin contemplaciones.
Pensamientos negativos, hábitos, relaciones… Todo.
Esto por supuesto, incluye el pasado.
Nunca me ha gustado la idea de que el pasado determine quién eres, y mucho menos que el pasado defina tu futuro.
No es así.
Lo único que determina el futuro (en cierta medida), son las acciones que estás tomando en el presente.
De ahí la importancia de no dejar que las luchas del pasado emborronen aquello en lo que tienes que centrarte: el ahora.
Lo repito para que se grabe a fuego en tu mente: el pasado no determina tu futuro, y no hay razón para anclarse en él.
Vivir en el pasado te mantiene en una posición de víctima.
Puede que la culpa fuera tuya o de otros, no importa, el caso es que siempre encontramos a quien culpar.
Ese victimismo impide que nos hagamos responsables, por lo que si no te liberas del pasado será un lastre para tu futuro.
No importa la circunstancia, siempre hay una forma.
En absoluto estoy diciendo que sea fácil, solo digo que no vas a sacar nada bueno de esa posición de víctima.
Te animo a mirar al futuro, pero no con ansiedad, sino con fuerza; no con miedo, sino con ganas.
Libérate del peso del pasado y del miedo del futuro.
Abraza el dolor
En medio del invierno, descubrí que había en mí un verano invencible.
– Albert Camus
El dolor, fuente inagotable de creatividad.
Tenemos un rechazo natural a sentir dolor, pero las mejores obras han nacido de él.
No es casualidad que las emociones negativas sean un vehículo para las grandes ideas.
Nos llevan a un lugar en el que la reflexión es real y profunda.
Es casi mágico.
Puede que esa necesidad de dejar de sentir dolor nos impulse a darle sentido, entenderlo y transformarlo en algo significativo para lograrlo.
Por desgracia, no es el camino que la gente acostumbra a tomar.
Yo soy músico, así que es casi una inercia refugiarme en el arte para sacar algo bello de un momento oscuro.
Me parece una forma bonita de enfrentar el dolor.
No tienes que ser artista para hacerlo, aunque todos somos artistas a nuestro modo.
La gente por lo general no se aprovecha del dolor, lo rechaza y tiende a evadirlo con distracciones superficiales de las que no va a sacar nada.
Y justo porque es lo que hace la gente, es exactamente lo que no vamos a hacer nosotros.
Quiero que abraces el dolor y el sufrimiento.
Hazte consciente de él y comprende que incluso en los momentos más oscuros, existe una fuerza interna capaz de impulsarnos hacia la transformación.
Usar la intensidad emocional como catalizador impulsa la expresión y la exploración, algo necesario en estos momentos.
El único camino es enfrentar y analizar el sufrimiento para descubrir las lecciones que oculta.
Es una herramienta poderosa para el autoconocimiento.
Estudia sus causas.
Cómo vas a aplicar la dosis correcta si ni siquiera sabes cual es la enfermedad.
El sufrimiento habla a gritos lo que nos negamos a aceptar.
Aprende a escuchar.
Lejos de la inercia
Cuando ya no somos capaces de cambiar una situación, estamos desafiados a cambiarnos a nosotros mismos.
– Viktor Frankl
Imagina el siguiente escenario:
Un día despiertas y te das cuenta de que, impulsado por la inercia de la vida, te has convertido en algo contrario a lo que deseabas ser. Miras al pasado y el arrepentimiento te devuelve la mirada. Has perdido oportunidades que nunca van a volver, atrapado en una narrativa que ya no te pertenece.
Si esto no despierta en ti un miedo existencial, no se que lo hará.
Y si lo hace, habrás entendido la importancia de actuar ahora.
No quiero que este último punto te deje con una idea equivocada.
Nunca es demasiado tarde.
Solo es tarde si tu decides que lo es.
Darte por vencido es una decisión, no una realidad.
Aunque suene poético, si sigues respirando aún hay tiempo, esperanza y oportunidad.
Como decía Pepe Mujica: “No se si mañana despertaré, pero parar no es una opción. Triunfar no es llegar, triunfar es volver a levantarse cada vez que uno cae. Tener el coraje de volver a empezar, porque eso es vivir.”
La vida nos desafía constantemente.
Puedes hacer dos cosas: darte por vencido ante la dificultad de la circunstancia, o armarte de valor y aprender a reinventarte una y otra vez.
Siempre puedes reescribir tu historia.
El caso es que la complacencia y la inacción llevan a una vida de insatisfacción, así que aunque siempre haya tiempo, toma acción ahora.
Esta es la idea con la que quiero que te quedes.
Como ya hemos dicho alguna vez, deja de actuar como si fueras a vivir para siempre.
Si no tomas el control, la inercia lo hará por ti.
Recuerda que el miedo es normal, pero la acción es la única respuesta.
Tu eres el único responsable, nadie te va a salvar.
Fin del trayecto
Espero que este video te guíe, y que encuentres en ti las respuestas que andas buscando.
Ten paciencia y nunca te rindas.
Queridos amigos, nos vemos en la próxima.