La Verdad Sobre las Mentiras: Cómo Afectan y Cómo Protegerte
¿Alguna vez te has preguntado por qué nos afectan tanto las mentiras de los demás?
¿Hay alguna forma de protegernos de su impacto negativo?
Todos en algún momento de la vida hemos sentido que alguien nos estaba mintiendo…
O por el contrario, hemos creído y confiado en su palabra y resultó no ser cierta.
Vivimos rodeados de engaño, de ego, de la necesidad de aparentar más de lo que somos cuando eso no nos convierte en más, sino en menos.
Pero…
¿Qué tiene que decir la psicología sobre todo esto?
Acompáñame a arrojar un poco de luz sobre este tema que tanto nos incumbe a todos.
Bienvenidos a la psicología detrás de la mentira.
¿Qué es la mentira?
Empecemos por el principio.
La mentira es una declaración que se hace con la intención de engañar a alguien, ocultando la verdad o presentando algo falso como real.
No se si lo habrás pensado alguna vez, pero a menudo, cuando nos mienten, no es tanto a nosotros sino a ellos mismos.
El caso es que las personas tendemos a interpretar eventos externos como relacionas con nosotros mismos, cuando a veces no es así.
A esto se le llama delirio autorreferencial.
En el contexto de las mentiras, esto significa que cuando alguien te miente, podrías sentir que es algo personal.
Pero…
¿Es realmente así?
Quédate con esto: si hay algún problema con las mentiras, lo tiene el mentiroso.
Los seres humanos juzgamos a otros constantemente, pero no tanto como nos juzgamos a nosotros mismos.
Es por ello que sentimos la necesidad de mentir, simplemente para evitar que los demás nos juzguen tal y como nosotros ya lo hemos hecho previamente.
Una vez leí que el mentiroso ya se ha juzgado y condenado, ahora lo único que pretende es esconderse como buenamente puede, y así suele ser gran parte de las veces.
Tendemos a pensar que las mentiras están más relacionadas con nosotros de lo que lo están realmente.
Por lo general, las personas que mienten suelen estar atrapadas en sus propias historias y, como ya hemos dicho, se mienten a sí mismas.
Este autoengaño puede ser una forma de protegerse del dolor, de evitar la responsabilidad o de mantener una imagen de sí mismos que no se corresponde con la realidad.
¿Todas las mentiras son malas?
¿Alguna vez has dicho algo que no era del todo cierto solo para evitar herir los sentimientos de alguien?
Muchos estaréis pensando en situaciones y circunstancias en las que habéis tenido que mentir u os habéis sentido obligados a ello.
Ocasiones en las que la mentira viene con intención benevolente…
La comúnmente conocida mentira piadosa.
Aquellas que se dicen con la intención de proteger a alguien del dolor o el malestar.
No buscan un beneficio personal directo, sino evitar consecuencias negativas para la otra persona.
Decir que la comida de alguien sabe bien cuando en realidad no te gusta, o afirmar que todo está bien cuando alguien te pregunta cómo te sientes, aunque en realidad no sea así.
A menudo, recurrimos a las mentiras piadosas para evitar causar dolor emocional.
Queremos proteger los sentimientos de la otra persona y mantener la armonía en la relación.
También podemos usar estas mentiras para evitar conflictos.
En situaciones donde la verdad podría generar una discusión o un enfrentamiento, una mentira piadosa puede parecer la opción más fácil…
¿Pero es la más acertada?
Muchas veces, incluso las mentiras piadosas son solo piadosas con el mentiroso.
Para no enfrentarnos a su respuesta, les privamos de la realidad.
Hay un dilema muy famoso que me gustaría compartir contigo para ejemplificar esto…
El dilema socrático del esclavo:
En el dilema, un esclavo está durmiendo plácidamente. En sus sueños, vive una vida de libertad muy alejada de la realidad. Puede comer y hacer lo que le plazca, disfrutando de su vida como si no fuera un esclavo; como hombre libre. Mientras tanto, el guardia que controla a los esclavos le vé, y enseguida se da cuenta de que está soñando con su libertad. En ese momento el guardia se plantea si despertarlo de ese plácido sueño para hacerle ver la realidad, o dejarle seguir durmiendo y que disfrute del sueño mientras dure.
Nunca sabremos lo que decidió el guardia:
le despertó para que viera la verdad, o le dejo disfrutar con la mentira tanto como pudo.
Si yo fuera el esclavo, sin duda querría que me despertarán, dado que para mi una mentira, aunque piadosa o plácida, sigue siendo una mentira.
Este dilema nos hace reflexionar sobre la tensión entre la verdad y la felicidad, cuestionando si es preferible vivir una verdad dolorosa o una ilusión feliz.
También aborda la responsabilidad del guardia (o de cualquier persona que posea la verdad) de decidir si es mejor compartir la verdad o permitir que otros permanezcan en la ignorancia por su propio bienestar.
¿Cómo protegernos de la mentira?
Cuando nos sentimos heridos o traicionados al darnos cuenta de que alguien nos ha mentido…
¿Cómo podemos protegernos del impacto emocional de esa mentira?
Punto 1: Una autoimagen sólida
Una autoimagen sólida es la base de una vida emocionalmente estable y resistente.
Significa conocerte profundamente, aceptarte y valorarte a ti mismo sin depender de las opiniones externas.
Cuanto más seguro estés de quién eres, menos te afectarán las mentiras de los demás.
Piénsalo, ante el insulto o la mentira solo tendrás dos opciones:
1) Sabes perfectamente que lo que te han dicho no es una realidad que te describe, porque conoces bien quién eres.
2) Han ido a hacer daño y han acertado, porque sabes que lo que dicen es real. Pero ignoran que tú ya has aceptado esa parte de ti, y probablemente estarás trabajando en cambiarla (lo que ya es más de lo que hace la mayoría).
Como ves, ninguna situación te afecta.
Te invito a explorar tus fortalezas y debilidades.
A menudo resulta útil hacer una lista honesta de tus habilidades, talentos y áreas de mejora.
Reconocer tanto lo positivo como lo negativo te permitirá tener una visión real de ti mismo, una visión que podrás usar como escudo ante las mentiras del resto, como ya hemos aprendido.
Conócete a ti mismo y valora tus propias verdades.
Punto 2: Practica la autocompasión
La autocompasión es la habilidad de tratarnos a nosotros mismos con bondad y comprensión, especialmente en momentos de dificultad.
Es un antídoto poderoso contra la autocrítica que puede surgir cuando enfrentamos situaciones desafiantes, como ser víctimas de una mentira.
Recordar que las mentiras de otros no definen nuestro valor personal es esencial para mantener nuestra autoestima intacta.
La mentira puede generar emociones como tristeza o enfado.
Te invito a reconocer estos sentimientos en lugar de reprimirlos, a ser consciente de ellos para procesarlos de manera saludable.
Sé que puede resultar difícil, pero con el tiempo lo convertirás en un instinto, y lograrás enfrentar estas circunstancias adversas de una forma más fácil.
Recuerda que recuperarte de una experiencia negativa lleva tiempo, y es normal necesitar un período para sanar.
Sé paciente y confía en ti.
Punto 3: Sé reflexivo
Grábate esta frase:
“Nadie tiene más posibilidades de caer en un engaño que aquel para quien la mentira se ajusta a sus deseos”
– Jorge Bucay.
Muchas veces nos obsesionamos con quien nos miente porque queremos creer que lo que nos dice es cierto.
Sé consciente de que nuestras emociones, deseos y expectativas pueden cegarnos frente a la realidad.
Para evitarlo, te invito a reflexionar sobre las palabras del resto;
a pararte un momento y pensar…
¿Es cierto lo que me está diciendo?
Acostumbrarnos a mantener una actitud crítica frente al mundo, nos proporcionará la capacidad de discernir entre la verdad y la mentira.
Nos mantendrá alerta, y seremos menos proclives a caer en los engaños del resto.
La mentira nos atrapa porque nos seduce, aparentando ser más atractiva que la verdad.
Sin embargo, aceptar una verdad incómoda, por dura que sea, nos libera del engaño y nos otorga un aprendizaje esencial que nos hará crecer como personas. Recuerda.
Punto 4: Aprende a detectar la mentira
Debemos trabajar en nuestra capacidad para detectar las mentiras del resto.
Detectar una mentira no solo es una habilidad útil, sino que es una herramienta clave para proteger tus emociones, relaciones y decisiones.
Aunque no siempre es fácil identificar cuándo alguien no está siendo honesto, existen señales que puedes aprender a reconocer.
En primer lugar, debemos buscar inconsistencias en la historia.
Si los detalles de una historia cambian cada vez que la persona la cuenta, o si algo no parece tener sentido lógico.
Por otro lado, las mentiras a menudo contienen vaguedades o elementos que no encajan entre sí.
Toma nota de los detalles que parecen extraños o contradictorios.
En segundo lugar, debemos aprender a observar el lenguaje corporal.
Jugar con objetos, movimientos repetitivos o evitar mirar a los ojos constantemente, son posibles signos de incomodidad o nerviosismo.
Las respuestas evasivas o demasiado detalladas también son signos a los que debemos prestar atención.
Aunque lo más importante que quiero que recuerdes ante todo, es que si sospechas que alguien te está mintiendo, lo más importante es la comunicación.
Mantén la calma, haz preguntas abiertas y observa las respuestas.
Tratar de entender las razones detrás de la mentira antes de confrontar a la persona es la forma correcta de actuar en este tipo de situaciones.
No puedes controlar cómo actúan los demás, pero si la respuesta que decides dar.
Impacto psicológico de la mentira
Mentir genera estrés, ansiedad y un sentimiento de culpa.
Además, mantener una mentira requiere mucha energía y puede llevar a una espiral de mentiras adicionales.
Por lo general, cuando mentimos una vez, nos resulta más fácil hacerlo otra, hasta que con el tiempo puede convertirse en una fea costumbre.
Para la persona que es engañada, descubrir la verdad puede ser devastador.
Puede generar desconfianza, resentimiento y afectar seriamente la relación con el mentiroso.
A largo plazo, las mentiras erosionan la confianza en las relaciones, dañan la autoestima de ambos involucrados y crean un ambiente de deshonestidad y sospecha.
Recuerda que ser honesto fortalece las relaciones, genera confianza y reduce el estrés.
La verdad nos permite vivir de manera más auténtica y en paz con nosotros mismos.
Para fomentar la honestidad, es crucial crear un entorno donde las personas se sientan seguras para decir la verdad.
También debemos ser honestos con nosotros mismos y enfrentar nuestras propias verdades, por difíciles que sean.
Espero que estos consejos te ayuden en tu día a día, el resto lo dejo en tus manos.
Recuerda practicar y reflexionar sobre los puntos que hemos tratado.
Si tienes alguna pregunta, estaré encantado de responderla en los comentarios.
Gracias por acompañarme un día más, y nos vemos en la próxima.